A comienzos del 2015 Luis Liberman, Director de la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro, pudo conocer en un encuentro con el Papa Francisco, las duchas del Vaticano y vincularse con la Limosnería Apostólica, conociendo detalles de ese proyecto y transformándose en inspiración para replicarlo en nuestro país.
El sueño fue tomado y compartido por la Asociación Civil Miserando y en conjunto, se inició un recorrido con la meta exclusiva de consolidar el mensaje y ejemplo del Papa Francisco, construyendo duchas para personas en situación de calle. La propuesta, como se hiciera en el mismo Vaticano, da lugar a que las personas puedan asearse, desayunar y cortarse el cabello, en Catedrales, Templos o Mezquitas, e incluso hogares o espacios diversos donde haya personas en situación de vulnerabilidad, generando dispositivos para acompañar a las personas en un proceso de reconocimiento de su dignidad, como sujetos portadores de derechos, a través de acciones que les permitan reiniciar el camino de la inserción en la comunidad.
Las obras de las primeras duchas del país, denominadas “Duchas del Sagrado Corazón”, iniciaron su marcha en septiembre, llevando adelante un proceso de puesta en valor de los baños de la Parroquia del Sagrado Corazón de Barracas, dotando ese espacio de duchas para varones y mujeres y arreglando cañerías, azulejos y paredes, esperando con orgullo y mucha ansiedad su inauguración el 8 de diciembre de este año, con el comienzo del año de la Misericordia.
Desde la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro y la Asociación Civil Miserando se deja abierto el llamado a todos aquellos que quieran sumarse en este proyecto como voluntarios, profesionales, empresas, instituciones y donantes, conociendo desde AQUI los objetivos y formas de sumarse y colaborar .
Cuando fluya la primera gota de agua el sueño no se habrá cumplido, sino en todo caso, se extenderá en nuevos desafíos y esperanza de que cada vez más personas se sumen a la invitación de ponernos al otro al hombro. Creemos que será el primer escalón de un largo proceso en el que, como enseña el Papa Francisco, los ciudadanos, políticos, empresarios y todos los actores de la comunidad debemos ponernos al servicio del más frágil, luchando contra toda injusticia social y por quienes estén alojados en un lugar de descarte.