El Papa Francisco recalcó la importancia del diálogo para combatir los graves efectos del cambio climático en América Latina

10 de febrero de 2023

El pasado 24 de enero the Associated Press tuvo una extensa entrevista con el Papa Francisco. A continuación resumimos y resaltamos los tópicos más relevantes.

Dentro de todos los temas que trató el Papa Francisco, se destaca la mención de los problemas de pobreza, violencia y la grave situación de cambio climático que está sufriendo América Latina. Además se refirió al Sínodo y explicó cuáles son las expectativas al respecto.

Francisco fue consultado sobre la situación de pobreza, violencia, descontento con la política y los graves efectos del cambio climático en América Latina. 

El Papa no dudó en recalcar que la Iglesia debe ser servidora y no al revés, y para lograr una solución y un consenso la única salida es el diálogo, y más diálogo, desde su lugar sin meterse en partidismos.

“La Iglesia tiene que jugar un papel en el propio país, buscando ese diálogo en la facción, en el diálogo interno, y ella quedarse detrás siempre. Cuando la Iglesia se pone como líder se equivocó. La Iglesia es servidora, el diálogo. La Iglesia tiene que ayudar a que se sienten a la misma mesa. La mesa del negociado tiene que servir al pueblo, la Iglesia”, aclara Francisco. 

El Sumo Pontífice también subrayó el involucramiento por parte de la Iglesia en la deforestación de Brasil por culpa de la industrialización, denunciando los hechos e involucrándose, ya que el cuidado del medio ambiente es algo que nos concierne a todos. Es por eso que escribió “Laudato Si”, para poder luchar por una buena política ambiental, para cuidar la Casa Común.

El Papa Francisco fue consultado respecto a las expectativas que hay puestas en el Sínodo, sobre todo en relación con las mujeres en la Iglesia y el ejercicio del poder. 

Lo primero que aclaró Francisco es que el Sínodo no es algo que haya traído él, sino que San Pablo VI había creado  la Secretaría para el Sínodo de los Obispos. En cuanto al Sínodo de las mujeres explicó: 

“Cuando terminó el Sínodo de Amazonia, había muchas mujeres y yo dije que podían votar, pero después dije no, no, no hagamos lío porque no se nos va a crear un problema disciplinar con lo que tenemos que hacer. Y por prudencia paramos esa votación. Fue una cosa de prudencia que las mujeres entendieron muy bien y ahí se vio la necesidad de hacer un Sínodo sobre el Sínodo” y aclaró que la sinodalidad no es una actitud de hacer encuestas, no es ir a preguntar a la gente qué piensa, sino que es la participación del pueblo de Dios en la elaboración de la pastoral normal y en la elaboración de las decisiones. Y que nosotros no estamos acostumbrados. 

Y no tardó en explicar que el protagonista de un sínodo es el Espíritu Santo. Nos guste o no nos guste. Y lo propio del Espíritu Santo son dos cosas: armar lío, hacer un poco de confusión, como lo hizo en la mañana de Pentecostés, a través de los carismas, y después crear la armonía, y que el Espíritu Santo no crea la unidad, no crea acuerdos: crea armonía, que es superior todavía.

“La idea sinodal va por ese lado. Nosotros al Espíritu Santo no le dimos mucha bolilla en nuestra teología occidental, los orientales sí. Este es el momento de decirle al Espíritu Santo “ayúdanos”. Es el factor, esa es la confusión, sí, pero después la unidad, que es armonía, no es igualdad”  concluyó.

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