La Cátedra del Diálogo y de la Cultura del Encuentro reclamó que se “desestigmatice a las víctimas” de la “trata de personas” y el “crimen organizado” en general, al tiempo que exhortó a que los Estados refuercen “las políticas de tratamiento” apoyadas por el Sumo Pontífice.
En esa línea, exigió que “la problemática” no sea enfocada desde una perspectiva “judicial-policial”, sino que sea abordada de manera “sociocultural”.
“Hay que trabajar no sólo la cuestión desde un enfoque judicial-policial, sino realizar un abordaje sociocultural que desestigmatice a las víctimas, en línea con el apoyo que el Papa le da a las políticas de tratamiento”, enfatizó el director general de la Cátedra, el antropólogo Luis Liberman. El profesional advirtió que, “en ese sentido”, se debe “tratar de construir políticas desde el Estado y acciones comunitarias que permitan la irreductible lucha contra la corrupción”.
Liberman emitió estas declaraciones en el marco de un debate impulsado desde el Programa de Violencia Urbana y Seguridad Ciudadana del Instituto de Cooperación Latinoamericana (ICLA), dependiente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), una de las instituciones impulsoras de la Cátedra.
En el encuentro, concretado el 30 de junio último en la sede rosarina de la Fundación para los Estudios Internacionales (FUNPEI) -otra de las entidades promotoras del espacio interreligioso-, también disertó el doctor en Ciencia Política y presidente de esa institución, José Romero. El profesional resaltó un tramo del discurso de Francisco en la cumbre que mantuvo el Santo Padre con jueces argentinos a principios de junio último, con el que el Sumo Pontífice pidió “generar un movimiento transversal y ondular, una buena onda, que abrace a la sociedad toda de arriba a abajo y viceversa, desde la periferia al centro y al revés”. “Desde los líderes hacia los comunidades y desde los pueblos hasta los más altos estratos dirigenciales”, recordó Romero que destacó el Papa.
En el debate, participó asimismo como orador el juez federal Carlos Vera Barros, quien procesó en 2013 al ex jefe de la Policía de Santa Fe Hugo Tognoli y tiene a cargo causas importantes por narcotráfico.
El magistrado, en tono intimista y con un alto nivel académico, destacó su encuentro a principios de junio último con el Santo Padre en el Vaticano, donde el Sumo Pontífice instó a los jueces argentinos a “no caer en la telaraña de la corrupción», para impartir justicia en casos de “trata de personas” y “narcotráfico”, además de exhortarlos a rechazar las «presiones» de los Gobiernos y las «estructuras mafiosas».