El diálogo esuna acción que surge de una conducta nacida de lo profundo de nuestro ser y nos posiciona frente al otro como interlocutor válido y valioso y, desde una dimensión trascendente, dicha interlocución se reconvierte en projimidad.
Cuando hablamos de diálogo nos dignificamos mutuamente, porque somos capaces de ver en nuestro interlocutor un hermano que acompaña nuestra propia búsqueda de la verdad. Cuando no creemos en el diálogo, en el fondo no creemos en el hombre. Prescindir del diálogo es reducir nuestra vida humana a un concepto cosificador de la persona, con una finalidad utilitaria o de descarte.
La cultura del diálogo que propone la Cátedra conlleva un ejercicio consciente, decidido y abierto para que personas de diversas culturas, credos y pueblos puedan formarse, capacitarse y ejercer esta vocación primordial que restituye, acrecienta y fomenta la paz.
Promovemos así la creación de un ámbito de reflexión, debate y propuesta de soluciones, en la búsqueda de respuestas a los desafíos que genera la supremacía del mercado frente a los hombres.